Mariel en rosa

el regreso…

La semana tiene 7 días (Cuarta parte)

(…) Las caricias por todo mi cuerpo eran una constante en todo momento, sin dejar ningún rinconcito olvidado. Yo trataba de corresponderle de igual forma, pero siempre terminaba sucumbiendo al placer de sentirme abarcada por completo con sus manos y los besos que con dulzura y delicadeza erizaban mi piel. Cuando Diego se aseguraba de que yo ya no podía soportar más tiempo, que mi cuerpo pedía a gritos ser poseído… entonces él se colocaba entre mis piernas abiertas y flexionadas y me hacía el amor tan suavemente como habían sido todas sus caricias. Ese primer día fue especialmente cuidadoso. No deseaba provocarme más dolor que el suficiente y necesario para aumentar mi placer. Me pidió que levantara un poco ambas piernas, rodeando su cuerpo varonil y esbelto. Mientras las besaba, con ambas manos me acariciaba las nalgas, abriéndolas levemente. (…) (…) Como si nos impulsara un rayo, enseguida estábamos enredados en abrazos y manoseos adorables. Lo miré sin decir nada y me di vuelta. Abracé la almohada y me coloqué de rodillas y con las piernas abiertas. A medida que Diego se incorporaba para colocarse detrás de mí, me iba besando tiernamente todo el cuerpo. Esta vez no hubo un juego amoroso tan prolongado como la primera vez. Parecía como que teníamos aún más urgencias que antes…No tardó mucho en colocarse de rodillas justo entre mis piernas. (…)

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5 febrero 2009 Posted by | Uncategorized | , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

Fantasía erótica: La semana tiene 7 días (Tercera parte)

(…) Volvió a sonreírme con los labios y con la mirada. Esa mirada que era de una ternura y transparencia que me conmovían.
Enseguida, con lentitud y suavidad extrema, comenzó a quitarme el vestido. Sentí la levedad de la tela deslizándose por los brazos y por el busto hasta detenerse un ínfimo instante en las caderas, para finalmente caer en una caricia por los muslos y quedar dormido a mis pies. No me sentía capaz de mover un solo músculo. Lo único que podía y quería hacer era gozar. Gozar con el roce de la tela y de la tersa piel de Patricia sobre la mía y con la tibieza de sus pezones tan erectos, tan duros y delicados a la vez. Sus sensuales pezones acariciando los míos.

Volvieron sus manos a mis mejillas, acercó la boca semiabierta a la mía y nos besamos acariciando nuestras lenguas, bebiendo nuestras salivas, penetrándonos a nuestra manera. (…)

(…) Como resistiéndose a obedecer lo que ellos mismos habían considerado como correcto para la iniciación de esa nueva etapa amorosa para ellos y para mí, se fueron separando lentamente de nosotras. Luego ella me dio un beso suave en los labios y también se retiró un poco. No sé de dónde salió, pero enseguida apareció Diego con una botella de champagne. Lo abrió delante de mí mientras desde atrás, Patricia recogía mi larga cabellera y la sostenía separada de mi cuerpo. No entendí la razón, pero como había hecho hasta ese momento, me dejé llevar por lo que todos ellos dispusieran.

_ No te preocupes, preciosa – me dijo Diego, mientras me mostraba la botella abierta – No está muy frío.

Se acercó y cuidadosamente comenzó a derramarlo sobre mi cuerpo desnudo. Sentí un poco el golpe de temperatura, pero era estimulante sentir las burbujas en la piel. Cuando terminó de verter todo el contenido, dejó la botella a un lado y todos volvieron a rodearme. Casi al unísono, comenzaron a lamer el champagne directamente de mi cuerpo. (…)

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2 febrero 2009 Posted by | Uncategorized | , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario